¡Uuuups. Ali Mardan Khan se había convertido en nuestra pesadilla y nuestra única esperanza era vengarnos de este niño. Porque por muy travieso, travieso, terco y ma. En la infancia de nosotros, los veinteañeros, siempre había un chico en el centro de atención cuyas travesuras hacían que le agradáramos. ¡Qué día sería cuando de repente rompiéramos un vaso o jaláramos el cabello de nuestras hermanas pequeñas. ¿Sabes por qué. ¡Las voces de toda la casa llevarían la melodía de que nos arrestaron.
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